jueves, 7 de junio de 2007

Lo malo de ser perfeccionista y responsable es que te cuesta estar rodeado de gente que incumple y lo hace mal. Lo malo de ser sencillo es que no eres capaz de entender que haya gente tan engolada por tan poco. Lo malo de no querer señalarte ni ir de figurón es que corres el riesgo de que te "ninguneen" y sólo sean capaces de destacar en público si te pones o no corbata. Afortunadamente, le queda a uno la satisfacción del deber cumplido y las ganas de seguir trabajando por algo más grande que uno mismo, a pesar de los que te rodean, frente a los que te rodean. Y el apoyo de los que te quieren, para animarte cuando flaquees, que hasta a eso tiene derecho un perfeccionista, responsable, sencillo y trabajador.
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