lunes, 27 de febrero de 2006

Aviso a navegantes: No estoy triste, ni agobiada, ni enfadada, ni dolida. Me siento bien, relajada, tranquila, divertida y juguetona. Pero os agradezco cómo habéis acudido en mi socorro -cada uno a su manera- ante la sospecha de que algo pasaba. Me emocionáis con vuestro cariño y yo me dejo querer. Otra lección aprendida no hace mucho. Y me gusta. Os beso.

martes, 21 de febrero de 2006

No me disgustan los saraos. Soy de talante sociable y me muevo bien en ellos, por regla general. La charla insustancial, con una copa de vino en la mano, aprovechar el momento para la confidencia laboral, para intentar la componenda o, simplemente, para echar unas risas. Lo malo es cuando te impiden estar donde quieres estar, haciendo lo que te ilusiona, te anima, te gusta o a lo que te debes.
Hoy será un día de esos. Sarao desde por la mañana, sin contenido, aburrido. Como soy así, intentaré buscar la parte buena, reirme algo y no agobiarme demasiado pensando en el trabajo pendiente, ese que me gusta, que tengo comprometido y que me hace disfrutar de verdad.
Si algo me atrae de terminar esta fase de mi vida es eso, terminar con esta fase. Y la espera empieza a hacerse difícil de soportar. Ensayemos la sonrisa en el espejo, practiquemos el disimulo del fastidio y busquemos, denodadamente, la parte buena del día. Si es que la tiene....

domingo, 19 de febrero de 2006

Frívolo, la.
(Del lat. frivolus).
1. adj. Ligero, veleidoso, insustancial. U. t. c. s.
2. adj. Se dice de los espectáculos ligeros y sensuales, de sus textos, canciones y bailes, y de las personas que los interpretan.
3. adj. Dicho de una publicación: Que trata temas ligeros, con predominio de lo sensual.

Pues sí. Me ha acabado por gustar la definición. Sensual y divertida, como el último día, mientras retozaba sonriente. Sin sustancia, el goce por el puro goce. Sin compromiso, sin solemnidades, sin trascencencia.

viernes, 17 de febrero de 2006

"Si no peleas, le estarás dando la razón y la victoria a los que quieren que te vayas". Desde que, hace unas horas, delante de un café y una caña me dijo estas palabras, no he dejado de darle vueltas. Lo que ocurre es que asumir esta reflexión supone tomar una decisión pensado en mi y no en la institución. Y eso es algo que siempre he querido evitar. Pensar en mi, en lo que me apetece, en lo que quiero. O, cuanto menos, que eso sea lo relevante, lo decisivo. Uff, cuántas vueltas a la cabeza, teniendo en cuenta lo frívola que soy!!!!!.

jueves, 9 de febrero de 2006

Hoy hemos resuelto un caso en la Oficina. Nos llegó en septiembre y lo hemos terminado hoy. Ha habido suerte. No sólo no hemos encontrado obstáculos, sino que todo el que ha intervenido -alrededor de seis personas- han colaborado, esta vez sí, eficazmente. No obstante, ha tardado cinco meses en resolverse. Estoy contenta, porque yo he sido la responsable de gestionarlo de principio a fin. Cuando hemos llamado a la alumna para comunicárselo, se ha echado a llorar, porque hoy ha acabado la carrera, desde hoy es licenciada. La administrativa que me ha acompañado en la tarea ha sentenciado que sin nuestra intervención, no habría habido manera de que el caso se resolviese y, mucho menos, de modo favorable. He sido yo la encargada de echar el jarro de agua fría. "Nos permitimos diez minutos de gloria, de colgarnos la medalla; transcurrido ese tiempo, a trabajar; no hay sitio aquí para la autocomplacencia". Me he dado la vuelta y he regresado a mi despacho. Contar aquí la historia son mis diez minutos de autobombo. Ni un segundo más. Continúo con la tarea pendiente.

miércoles, 8 de febrero de 2006

"Que nadie te haga nada malo, que subo y me lo como". Amistad antropófaga que viene del sur. Amistad de verdad, de la que me hace sonreír y sentir segura. Y más cuando viene de quien viene. De alguien que se la ha ganado a pulso con llamadas como las de anoche.

sábado, 4 de febrero de 2006

¿Por qué excluir el amor impide la caricia? Después del fragor de la batalla un abrazo calma, la mano sobre el corazón ajeno desbocado lo detiene y lo sosiega. La caricia tenue de una mano grande y poderosa que se posa sobre la piel sudorosa la relaja y la vuelve de nuevo sedosa y dulce. Una boca en el cuello, que deposita un beso, te agradece el regalo. Las reglas son claras; por eso ser atento y agradecido es sólo eso, ser un caballero atento y agradecido, no un principe azul.

jueves, 2 de febrero de 2006

Una vez tomada la decisión, se nota cierta paz en el ambiente. Ahora se plantea una ir cerrando expedientes, ir redactando recomendaciones, dejarlo todo listo para la alternancia. Desde este instante hay que refinar la memoria y dejar sólo lo bueno. ¡¡¡He aprendido tanto!!! Sobre la institución, sobre la gente, pero, sobre todo, sobre mi misma. Ahora me conozco mejor, me tolero mejor, me acepto mejor. Nunca estaré lo suficientemente agradecida a aquel correo electrónico que llegó aquella tarde fría de noviembre.
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