viernes, 28 de julio de 2006

Siendo las 13,50 horas del día de hoy, me marcho de vacaciones CON TODOS LOS CASOS AL DÍA, TODAS LAS GESTIONES QUE DEPENDEN DE MI REALIZADAS Y TODAS LAS TAREAS ASIGNADAS, CUANDO NO CUMPLIDAS
Lo que hago constar, a los efectos oportunos.
Besos besos
testosterona.
(Del fr. testostérone, acrón. de testicule, testículo, stérol, esterol, y hormone, hormona).
1. f. Biol. Hormona producida por los testículos que tiene por función el desarrollo de las glándulas genitales y el mantenimiento de los caracteres secundarios del varón.

Positivo por testosterona. Pues claro. Mucho testículo hay que echar para subir esas cuestas en bici, con esa calor.
¿Mantenimiento de los caracteres secundarios del varón?. ¿Cuáles son los primarios? ¿Tiene primarios?

Me voy de vacaciones. Tal vez venga por aquí, tal vez no.
Besos a tutiplén (Forma viciosa del lat. totus, todo, y plenus, lleno. 1. loc. adv. coloq. En abundancia, a porrillo).

miércoles, 19 de julio de 2006

Al mismo ritmo que termina el bote de Pharmatón, mis fuerzas van agotándose. Una semana, una semana más y me marcho de vacaciones. No son las que yo quisiera, por supuesto. Hoy me imaginaba a mi misma en una playa pequeña, desierta, a ser posible; sola, paseando, leyendo los miles de libros pendientes, sin pensar... o pensando mucho, aún no lo sé. Tomando el sol suave, eso sí, untada de protector solar, que las células de mis lunares -esos a los que mi novio gitano hace mil años le cantaba aquello de "que los lunares de tu cuerpo me los voy a comer, me los voy a comer, me los voy a comer"- tienen una desagradable tendencia a alborotarse y crecer de modo desordenado y mortal.

¡Qué año más duro!. Cuántas cosas sobrellevadas en lo personal, en lo personal-profesional, en lo profesional.

En lo profesional se me pidió llenar el cargo y no sé si lo he hecho, pero sé que he trabajado como una mula. Tanto que esta mañana me sorprendía a mi misma aterrada por el hecho de que mi ausencia necesaria, merecida, supusiera un parón en ese trabajo que, hasta ahora, creo que ha sido, cuanto menos, eficiente. Los administrativos me miraban alucinados, ojipláticos, mientras les decía que no debería irme porque había trabajo y había que sacarlo adelante. No saber cortar el trabajo es tan duro y tan problemático como no llevarlo a cabo.

En lo personal-profesional he intentado ser fuerte, porque entendí que ese era el papel que se me pedía entonces. Si yo me hundía, quién iba a sostener la cara alta y la dignidad intacta. Tal vez no se esperaba eso de mi, pero yo me autoimpuse la carga. Hoy, mientras recordaba en voz alta los acontecimientos de ese mes de marzo maldito delante de un café y de mi secretaria, la voz se me ha quebrado y las lágrimas casi han caído. Demasiadas decepciones, demasiadas tensiones, demasiados fantasmas. La autodefensa siempre a punto, sabiendo, además, que la batalla está perdida. No sólo porque perdí al amigo, no sólo porque no he conocido a su hijo recien nacido, yo que soy la tita más tita de los hijos de mi gente, sino porque no creo haber ganado la batalla de la imagen. Y, a pesar de que nunca he sido esclava del qué dirán, me parece tan injusto ser tratada tan mal por quién no está legitimado para ello.

En lo personal, sus apariciones y desapariciones me han desestabilizado tanto. Su última "retrée" coincidió con la crisis profesional y él estuvo ahí, ayudándome, apoyándome (¿me ayudaba, me apoyaba?, al menor, así lo sentí). Aún recuerdo aquella conversación de madrugada, cuando me dejó llorar en su hombro, tal vez el único momento de flaqueza que me he permitido desde entonces. Pero a la vez que el misterio se iba desvelando (¿de verdad se iba desvelando?, al menos, así quiero creer), él se iba difuminando, escapando, alejando. Y ahora no sé ni quién es, ni dónde está, ni dónde estoy yo, ni quién soy. A pesar de sus palabras tranquilizadoras del domingo (¿fueron tranquilizadoras?, al menos, así las entendí), la desgana, el desinterés de su mensaje del lunes me dejaron derrotada. Y ahora que él está libre y triunfante, yo me siento apartada y lejana. Tal vez nada sea así, pero así es como yo me siento.

Definitivamente, necesito unas vacaciones, a pesar de que no tendré las que necesito, las que anhelo, las que me apetecen, las que busco y deseo.

sábado, 15 de julio de 2006

Hoy lo he visto claro. El pequeño pueblo residencial, poblado de casitas de dos plantas adosadas, con un pequeño jardín en la parte delantera, calles límpias, con el firme cuidado y las aceras perfectas. Sus vecinos en la calle, vestidos con short o bermudas y camisetas, ellas con sus melenas rubias, pecosas, ellos, con el cabello recortado, en vaqueros y camiseta, con sandalias, las adolescentes con tejanos de talle bajo, última moda. Las imagenes muestran el interior de las viviendas, marmol en el suelo, cocinas equipadas, ventanas con cortinas claras, escaleras con pasamanos de madera.
Eran las imágenes que nos llegaban hoy de la frontera de Israel con Líbano. Una pequeña raya trazada artificialmente sobre un mapa. Pero el decorado era tan distinto. No hay en esas imagenes muchos escombros -sus bombas no son tan certeras-, ni heridas, ni harapos, ni niños destrozados, ni desolación.
Sólo el miedo era el mismo, sí, el miedo de la pelirroja en camiseta que decía que era imposible vivir allí, ese miedo, ese, era el mismo que se masca al otro lado de la frontera.

jueves, 13 de julio de 2006

Ahora lo entiendo todo. Esa luz que se cuela por la ventana, esa luz rara. Como de "ni pa tí ni pa mi", como de entre el día y la noche. Esa atmósfera cargada, ese aire espeso y húmedo y tan cálido. Ahora lo entiendo. Ha empezado a llover. Mánsamente. Sin estridencias. Y el olor a tierra mojada ( ¿o es a ozono?) se va colando por las rendijas de las ventanas del viejo edificio. Y las gotas se rompen, jocosas, en los cristales de los ventanales. Y si miras a través de ellos casi puedes apreciar el vaho subiendo desde el suelo, acuciado por el frescor del agua que cae. Ahora lo entiendo. Esa atmósfera extraña que rodeaba el edificio y que hacía que me pareciese algo mágico, como irreal. Es agua, es lluvia, pequeña, corta, exigua.
Si no fuese mi lugar de trabajo, bajaría al jardir, me dejaría mojar, dejaría que mojase mi pelo, mi cara, mi piel, que me borrase los malos pensamientos, esos que me hacen daño, que me impiden seguir, que me niegan la felicidad que, creo, merezco y anhelo.
Ya llega el trueno. Y antes el relámpago. Y yo disfruto mirando por la ventana, viendo a los perros correr, aspirando el olor a tierra mojada (¿o es a ozono?).
Ahora todo está claro, todo en su lugar, todo....

lunes, 10 de julio de 2006

Va de mitos
"A toda puta se le escapa un pedo", decía un amigo mío. No sé si el dicho es así, tal vez no. Lo digo porque ponía de manifiesto una especie de presunción, como que una puta era una gran dama que, en determinado momento, fallaba (sí, fAllaba, no me he equivocado de letra, quedan lejos en el teclado del ordenador). Y tal vez tuviera razón.
A lo que iba. Que hoy leo en todas partes el borrón que ha supuesto en su inmaculada trayectoria la agresión de "Zizou" a no sé qué italiano, lo que supuso que su último partido terminara con expulsión. Una pena, una ventosidad que escapa del culo de una de las mejores putas, según acepción de mi amigo.
A mí siempre me cayó bien ese chico. Con esa sonrisa tímida, guapetón, atractivo y parece ser que siendo muy buena persona. Pero, como decía mi amigo, ¿quién está libre de tener un exceso de gases en un momento dado?

Siguiendo con mitos que caen, oigo en el anuncio del próximo número de una revista que rodea el colorín amarillo, que el levantamiento del secreto del sumario de la muerte de Lady Di (¡el levantamiento!, ja, curiosa paradoja, como veréis) pone de manifiesto que a Dodi se lo encontraron en el coche "con el sexo al aire". Toma ya!!!!. Lo que hace que vuele la imaginación hacia prácticas poco principescas en la trasera del Mercedes por parte de la lánguida dama. Aunque, pensándolo mejor, qué demonios, así me gusta, aprovenchando el momento. A más de uno le habría gustado acabar sus día así, ¿no?. Y sí, hasta tiene cierto morbo que la largirucha que ponía cara de no haber roto nunca un plato, con la cabecita ladeada y las manitas detrás, en la espalda, haya resultado una guarra de tomo y lomo. Así me gusta. No sé si alegrarme porque la principesca demuestre su verdadero talante o porque la pebleya no haya perdido sus orígenes (Más por lo segundo, creo. No me imagino a la Queen Elisabeth en esos menesteres y sí veo claramente a Camila Parker, a la sazón, Duquesa de Cornualles.... bueno, la hermana Margarita debía ser también un poco guarrona.... ¿y la reina madre?).


(Aviso: seguramente estaré por aquí más a menudo ahora. Cuando corrijo exámenes cualquier excusa me parece buena para dejarlos a medias. Así me van a dar las uvas. Y luego vendrán los agobios. Pero acepto que soy así y no voy a cambiar ahora. ¿Os he dicho que odio corregir exámenes?)

miércoles, 5 de julio de 2006


Odio corregir exámenes, odio corregir exámenes, odio corregir exámenes.......

martes, 4 de julio de 2006

Ha empezado a cambiar cosas de sitio. El cubo de basura orgánica en lugar del cubo de plastico y envases. "Es más lógico que esté ahi". Claro. No entiende cómo no tengo un toldo en la ventana de la cocina, con el calor que entra. No lo entiende, a pesar de que le cuento que cuando yo salgo de casa no ha empezado a dar el sol y cuando vuelvo ya es de noche. ¿La plancha en esta habitación? Incomprensible. Y yo respiro hondo, cuento hasta diez y sonrío, para evitar soltarle un bufido. Un mes. Sólo será un mes. Tranquila, respira y cuenta hasta veinte, esta vez.
Situaciones como esta me hacen reflexionar sobre mi capacidad para vivir de otro modo que no sea conmigo misma. Tanto tiempo sola.... A lo mejor estoy perdida para la causa... cuento hasta treinta, esta vez.
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