domingo, 22 de abril de 2007

"La Iglesia católica ha eliminado el limbo, el lugar donde la tradición colocaba a los niños que morían sin recibir el bautismo, al considerar que refleja una "visión excesivamente restrictiva de la salvación" (El País, edición impresa, sección Sociedad, 21-04-2007).

Ya nada se quedará, pues, en la indefinición. Todo lo que nace está destinado a la gloria o al infierno. Ya no es posible sentir esa desazón que siempre quedaba cuando el bebé, no consagrado, moría antes de que ni siquiera se sea consciente de su existencia. Sus primeras horas de oxígeno determinarán su condena o su triunfo y como tal deberá ser recordado por toda la eternidad.

(Aviso a navegantes: hoy mi bitácora es toda ella una metáfora; quien se ajuste en su lectura a una interpretación literal errará)

jueves, 19 de abril de 2007

La conversación ensayada hasta el cansancio, hasta la jaqueca. La decisión firme, convencida, serena, analizada, meditada, decidida. Las palabras justas, necesarias, imprescindibles reflexionadas. Las frases repetidas una y otra vez, hasta la locura.
Y hoy, hace treinta y cinco minutos, cuando el número, el máldito número, ha aparecido en la pantalla, he descolgado con el corazón loco, desbocado, a punto de salirse por la boca... y no he sido capaz. Veintiocho minutos de conversación y nada. La naúsea se me ha convertido en lágrimas, no tanto por no ser capaz de habérselo dicho, sino porque ni siquiera he recordado lo que tenía que decirle, o, lo que aún es peor, ni siquiera he sido consciente de que tenía una conversación ensayada, repetida, calculada, hasta el cansancio, hasta la jaqueca.

viernes, 13 de abril de 2007

"Ha sido el amor de mi vida. No sólo por lo mucho que me ha querido, sino por cómo me ha querido". Le he preguntado si el sacrificio ha valido la pena y no ha sabido qué decirme. Pero su mirada triste me dice que el dolor no se irá fácilmente de su corazón, aunque esos dos pequeños duendes a su alrededor, que la adoran, le saquen la sonrisa tan a menudo. Afortunada tú, cielo, que lo has vivido. Y desgraciada porque ya no está. Y yo a tu lado, siempre, dándote apoyo. Que sepas que te quiero, bombón.

lunes, 9 de abril de 2007

Con una sinceridad brutal, le hablé durante horas del amor sin sexo, del sexo sin amor, de relaciones, de compromisos, de carencias, de espacio, de relaciones abiertas... Todo con tal de no decirle la pura verdad: que no es él y que si llega él, no tendré ninguna duda en marcharme.

miércoles, 4 de abril de 2007

Cuestión de principios
Él la miraba con ojos brillantes. Se acercaba a su cara para hablarle, muy cerca. Ella sonreía a través de sus rizos, esos que él apartaba para ver mejor sus ojos profundos. "Vamos a casa, tengo una botella de Moët Chandon. Podemos hacer diabluras en mi casa. Te quitaré la ropa despacio, te acariciaré toda, te haré sentir como nadie. Pero te advierto una cosa: no me gusta el sexo oral, no lo hago. Es una cuestión de principios".
Ella le sonrío, picara, desde sus profundos ojos. "¿Sabes?. Yo sí practico el sexo oral. Me gusta ver a mi pareja gozar con lo que le hago, sentir cómo se le eriza la piel, cómo se le agita la respiración, cómo se enerva su espalda de puro goce. Y no bebo champán francés, prefiero un buen cava catalán. Cuestión de principios".
Él pareció no entender. Ella sentenció. "Míralo de otro modo. No habrá sexo entre nosostros, pero ambos habremos mantenido nuestros principios intactos". Se dió media vuelta y se perdió entre la muchedumbre que llenaba el local.
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