jueves, 28 de febrero de 2008

martes, 26 de febrero de 2008

Cerca de la boca de metro hay un puesto de la ONCE. Allí esta mañana, un señor rascaba freneticamente un boleto, esperando, supongo, la llamada de la suerte. He tenido la tentación de pararme, para ver qué ocurría, para ver si el señor se hacía millonario, aunque fuese en pesetas en desuso. Me ha dado cierto pudor hacerlo, así que he confiado en que, si se producía el milagro, la suerte, oiría el grito de júbilo del señor. Luego he pensado que no me iba a enterar de nada. Si se producía el milagro-suerte, probablemente, el señor miraría a ambos lados, mordiéndose la lengua, disimularía y se iría a casa, a pegar gritos allí, en la intimidad del hogar. La suerte, esa suerte, no suele compartirse.
No vi el debate. Lo confieso. Ya sé que no es políticamente correcto, pero ¡qué le vamos a hacer!, no lo vi. No me resistí, eso sí, a hacer zapping. Era fácil, moviese el botón hacia donde lo moviese, aparecían los debatientes...o los comentaristas de los debatientes.
En esos momentos vi lo mismo de siempre, las mismas expresiones, los mismos gestos...bueno, no igual, debo confesar que había algo en ZP que me resultaba extraño. Tal vez el gesto, serio; o tal vez era cosa del maquillaje, no sé; con el otro no había cambios, más de lo mismo (dicen que se llevó a su maquillador, como los artistones, que llevan a su equipo para que le coloquen a su gusto hasta el flequillo -me lo ha contado Marivi que trabaja para las teles-).
Harta de darle vueltas a las cadenas digitales, me fui a internet y me leí la edición digital de todos los períodicos (bueno, no todos, se me pasaron los catalanes y debí hacerlo, que dan buena información). Después de ver los comenarios de los periodistas, me acerqué a ver las encuentas on-line de los lectores. Y fue curioso el resultado: aún a sabiendas de que la prima del candidato podía haberse hinchado de votar a su familiar, la opinión pública no siempre coincidía con la publicada. Algo debe de pasar para que hasta los periodistas vayan por un sitio y los ciudadanos - internautas- por otro. Esa impresión se me agudizó cuando oía, de madrugada, las emisoras de radio.
Total, que aunque no quieras, te tragas el debate. ¿Y sabéis qué? Que yo no soy indecisa, no lo he sido nunca y, después de lo de anoche, no tengo ya ninguna duda. Me pasaré a recoger ahora mismo la documentación del voto por correo y ejerceré mi derecho. Ya sé que no me hace falta ver el siguiente debate. Lo que tengo que hacer para el próximo día es elegir bien la peli para pasar por el dvd. Tal vez "Match point", de Allen (y no lleva doble intención....¿o sí?)

lunes, 25 de febrero de 2008

No le gustaba mi estilo de ropa, ni como me peino, me pedía que me cuidase más, que fuese más coqueta, sin darse cuenta de que yo no soy así y menos si tratan de imponérmelo.
Desde entonces me he comprado ropa, me pinto las uñas, me peino con más cuidado. Ahora que nadie me lo pide, ahora que no es para nadie, más que para mi.

El chantaje y la injusticia sigue adelante. Quiere que me sienta culpable y juega sucio. Y gana. Y yo tengo que esforzarme por no sentirme como ella quiere que me sienta. "Si no quieres a quien quiero, cómo vas a quererme a mi". No hay respuesta. Esperaremos el siguiente ataque.

domingo, 24 de febrero de 2008

Las tardes del sábado son largas y soporíferas. Si a ello se añade la corrección de exámenes, la cosa empieza a ponerse realmente fea. Por eso me suelo ir pronto a la cama. Dormir para no-vivir. Después de no haber hablado durante toda la semana, M volvió a aparecer. No está bien, aunque él crea lo contrario firmemente. Hace gala de un melancólico "sentimiento trágico de la vida", que le lleva a afirmar que su vida se limita a sus cuatro paredes, esas que ha levantado a su alrededor para que ni el mínimo detalle se le escape. Es normal, es humano. A veces, pienso que ha sido una lástima no haberme enamorado perdidamente de él. Tal vez yo le habría ayudado, en ese caso, a derribar muros y dejar que entrase el aire fresco. Otras veces pienso que fue una suerte no enamorarme. Así ha sido lógico y fácil salir de ese torbellino al que me iba viendo empujada, como ese ciclón que te coge en la base y te traga y no te deja respirar.... Lo que no sé es, una vez que he logrado salir disparada del mismo, a qué lugar he llegado. Me gustaría que no fuese el mismo donde me atrapó.

sábado, 23 de febrero de 2008

En la última semana he ido a la peluquería, me he gastado lo que no ¿puedo? ¿debo? gastarme en ropa y hoy, como si de un tsunami se tratase, he limpiado los armarios del baño. ¿Cómo he podido guardar tantos botes, a medias de maquillaje, en crema, en polvo, coloretes, barras de labios, máscara de pestañas....? He llenado una bolsa de basura. Y todavía no he acabado de airear armarios y cajones.
Limpio mi casa y me limpio a mi misma. Tal vez signifique algo.
No obstante, esta mañana, mientras preparaba la carne y el pescado para congelarlos y tener comida para los próximos fines de semana, me han asaltado unas ganas enormes de llamar a los niños y reirme con ellos. Es la primera vez que me pasa en la última semana. Y por eso he subido a escribir y seguir con la limpieza.

P.D. Tengo cierto cargo de conciencia por el cargo -valga la redundancia- en la tarjeta de crédito. Cualquier frase de descargo -¿otra redundancia?- será bienvenida.

jueves, 14 de febrero de 2008

(Este texto no es mio, pero me pareció lo suficientemente ingenioso como para compartirlo. Espero que el autor no me exija el canón digital)

"Mañana se celebra la fiesta de San Valentín, un tipo del que no sabemos demasiado. Todo parece indicar que fue un sacerdote romano, nacido a mediados del siglo III, que alardeaba de casar a los cristianos en secreto en tiempos en que la religión cristiana estaba proscrita y los matrimonios expresamente prohibidos porque disuadían a los jóvenes de entrar en la milicia. El emperador Claudio II lo mandó ejecutar en el año 270: le azotaron, le molieron a mazazos y después le decapitaron. Por bocazas.

Fue el Papa Gelasio I, en el año 498, quien eligió el 14 de febrero para celebrar la festividad de San Valentín. Probablemente pretendía con ello cristianizar una fiesta pagana, de tradición romana: las Lupercales. Esta era una fiesta dedicada a la fecundidad, en la que las personas estériles o con problemas para tener hijos sacrificaban animales, se untaban con su sangre y luego se iban a *&/#·@ºar como posesos. Bueno, pos eso: sexo, sexo y más sexo. Gelasio habría tratado de prohibir esta celebración en el año 494 y como nadie le hiciera mucho caso, cuatro años después decidió fagocitarla haciéndola cristiana. Que bien está lo de *&/#·@ºar, pero siempre dentro del matrimonio.

Aunque también hay quienes aseguran que el tal Gelasio eligió esta fecha para encubrir otra orgía de origen celta, arraigada en el norte de Europa, y que celebraba la época de emparejamiento de los pájaros (otra vez sexo). Tratándose de pájaros, quizá el Gelasio de marras tratara de matar dos pájaros de un tiro.

Fuera como fuere, mañana se cumplen 1510 años -y ya son años- desde que se entronizó la festividad de San Valentín, un santo que, como todo el mundo sabe, hoy es el patrón de El Corte Inglés.

Y como mañana es San Valentín, vamos a emitir la canción que mejor representa esta fecha en todo el mundo. Una canción compuesta por Richard Rodgers y Laurenz Hart en 1937, que pronto se convirtió en un standard: My funny Valentine. En el año 1952 el trompetista y cantante Chet Baker grabó una versión que es todo un derroche de sensibilidad y dulzura, que vais a tener el lujo de escuchar hoy. (Nota de Gwen:en cuanto sepa cómo adjuntar el archivo de sonido, la añado)


Esta emisión está dedicada:

A los amantes del amor (Truffaut dixit);

A los que aman y son amados;

A los que aman y no son amados;

A los que no aman y son amados;

A los queridos y a los malqueridos;

A las queridas porque ellas son las otras y en el reino de la posmodernidad la alteridad es un mérito;

A las peras que aman a las peras, a las manzanas que aman a las manzanas, a las peras que aman a las manzanas, viceversa;

A los plátanos que aman a las piñas y a las fresas; a los cocos que aman a los mangos; a los tríos de peras, ciruelas y melocotones; a todo tipo de dúos, tríos y cuartetos, porque la diversidad siempre enriquece;

A los que se quieren a si mismos, porque Narciso también tiene derecho al Paraíso;

A los que no quieren a nadie porque sin saberlo cargan con el infierno en vida;

A los que hirió el amor (Pedro Ruy Blas, dixit);

A los que salvó el amor;

A los que tiene lejos a su compañero/a; a quienes lo tienen cerca...

Y, por encima de todos, a Valentina, y con ella a Locomotoro, el Tío Aquiles y el Capitán Tan, que forman el Cuarteto de Alejandría de nuestra infancia.

Va por todos ellos..."

viernes, 1 de febrero de 2008

Esta mañana, en el anden de metro, un chico con pinta desarrapada, sonreía mientras esperaba el siguiente tren. Andaba algo despeinado, el jersey, de marca, estaba arrugado, los pantalones también, los zapatos sin brillo, una incipiente barba algo descuidada, una cazadora, un portafolios y su sonrisa, media, mientras paseaba arriba y abajo del anden, esperando el siguiente tren.
Algunos nos quedamos mirándole, con cierta perplejidad. ¿Sonreir sólo?. ¿Sonreir solo?.
free web counter