martes, 31 de agosto de 2004

No eres nadie, aunque te dice que lo eres todo. No tienes derecho a nada, ni una queja, ni un sollozo en su presencia. El lado amable, el reposo del guerrero. Silencio, no molestar. No dar motivos para el adios. Ningún reproche. Por dentro, señora de. Frente a los demás, sóla. Ni una réplica. Quieta. ¿Un minuto?. Vale. Todo por un minuto. Luego sola, siempre sola. En el pecado llevas la penitencia. Y siempre cerca del cielo con su mirada. Por su mirada. ¿Injusto?. Después lo pensaré. Ahora su mirada, su palabra. Su beso. Su adios, siempre su adios. Y siempre su retorno. Hasta que él decida que no hay retorno. Y yo muera. ¿Muera?. Nunca se muere. A veces, demasiadas veces, se vuelve a empezar.

martes, 17 de agosto de 2004

viernes, 13 de agosto de 2004

I.
En los últimos días las noticias han sido tan contradictorias. El padre de una amiga ha muerto, el hijo de otra amiga ha nacido, una conocida se ha marchado definitivamente también. La vida y la muerte rondando, cerca, alrededor. Ningún vínculo entre esas personas, salvo su conexión más o menos cercana conmigo. Ni ellas se conocen, ni es previsible que lleguen a conocerse nunca, pero son la prueba palpable de que la vida sigue, aún a pesar de nosotros.

II.
Viernes, 13 de agosto, tres de la tarde y yo trabajando. Se acerca un puente, los que no estén de vacaciones en este país, que se paraliza totalmente en agosto, se estarán marchando a pasar estos tres días de asueto por ahí. Yo no. ¿Lo peor? Que no me importa, que me lo estoy pasando genial, que estoy disfrutando tanto. Jo, ahora que lo pienso: esto se parece mucho a estar de vacaciones.
Definitivamente, debo pedir cita con el psiquiatra...a la vuelta de sus vacaciones, claro.

lunes, 9 de agosto de 2004

La ciudad me ha recibido con su cara más gris. Es agosto, pero llueve. La ciudad está gris. Y el taxista sintonizaba una emisora de radio de la que salían canciones melancólicas, tristes. Las calles vacías, los pasillos del edificio desiertos, no he visto a nadie, no me he cruzado con nadie. Y, además, tengo que trabajar. No me molesta, me gusta, tengo la necesidad de trabajar, pero hoy el día no me ha recibido con alegria. Tal vez mañana...
free web counter