jueves, 1 de abril de 2004

No voy a llamarte más. Las dos últimas veces oírte contar lo feliz que eres con ella me ha partido el corazón.
Feliz. Con ella.
Envidia, dolor y decepción. Científicamente comprobado: no puedo llamarte más. Por ella, pero, sobre todo, por mí.
No sé qué me duele más, si saber que la preferiste antes -o a la vez- que a mí, aceptar que es mi amiga y está contigo, o haberle deseado, en algún momento, tanto dolor como el que yo siento cada vez que me cuentas lo feliz que eres con ella.
Lo que queda claro es que debo terminar con esta historia, dejar de llamarte, dejar de verte y seguir viviendo.
¿Y qué hago cuando eres tú el que llama, me dices que tienes ganas de verme y te despides de mi con un "un beso, corazón"?.
¿Cómo se arranca una de la vida a alguien que te tiene enganchada, aún a sabiendas de que no es bueno para tí?
Cualquier consejo, no violento, será bienvenido.

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