jueves, 9 de febrero de 2006

Hoy hemos resuelto un caso en la Oficina. Nos llegó en septiembre y lo hemos terminado hoy. Ha habido suerte. No sólo no hemos encontrado obstáculos, sino que todo el que ha intervenido -alrededor de seis personas- han colaborado, esta vez sí, eficazmente. No obstante, ha tardado cinco meses en resolverse. Estoy contenta, porque yo he sido la responsable de gestionarlo de principio a fin. Cuando hemos llamado a la alumna para comunicárselo, se ha echado a llorar, porque hoy ha acabado la carrera, desde hoy es licenciada. La administrativa que me ha acompañado en la tarea ha sentenciado que sin nuestra intervención, no habría habido manera de que el caso se resolviese y, mucho menos, de modo favorable. He sido yo la encargada de echar el jarro de agua fría. "Nos permitimos diez minutos de gloria, de colgarnos la medalla; transcurrido ese tiempo, a trabajar; no hay sitio aquí para la autocomplacencia". Me he dado la vuelta y he regresado a mi despacho. Contar aquí la historia son mis diez minutos de autobombo. Ni un segundo más. Continúo con la tarea pendiente.

No hay comentarios:

free web counter