miércoles, 11 de junio de 2003

Tengo un cerro de papeles encima de mi escritorio. Papeles escritos por distintas personas, pero que dicen lo mismo, una y otra vez. La tarea me aburre soberanamente, pero es imprescindible. Las primeras veces tenía la pesada sensación de que mi rotulador rojo decidía sobre la vida de los autores. Hoy, todo se relativiza y apenas pienso en las consecuencias. Hoy he aprendido que lo escrito no significa lo mismo para todos los que han escrito. Algunos, los de verdad, sí que se la juegan en esos papeles, pero se nota que lo saben y por eso mi rotulador rojo apenas hace señales. Los demás juegan al juego de escribir y rellenar papeles. Y contra ellos la venganza será terrible: mi rotulador rojo teñirá lo escrito por ellos.
"No seas mala con los chicos". Yo nunca soy mala. ¿Justa? Lo intento. Tal vez lo consiga alguna vez.
Voy a la tarea. Alea iacta est.

No hay comentarios:

free web counter