lunes, 7 de junio de 2004

Hace casi dos años que le conozco. Casi no me fijé en él cuando me lo presentaron. Sólo sé que era su amigo, que era importante para él, y me afané por ser amable, divertida, risueña, por gustarle. Después de la debacle, fue mi apoyo, mi consuelo, mi paño de lágrimas. Me acompañó en mi dolor, sin decir nada, consolándome, a veces, sin él saberlo. O tal vez sí, tal vez siempre lo supo. Desde entonces le considero mi amigo.
Nos vemos poco, hablamos algo, cada vez menos, es verdad, pero tengo la sensación, la agradable sensación de que forma parte de ese grupo pequeño, minúsculo, de amigos que siempre están, que siempre estarán.
Hoy, que te asomas a estas páginas por primera vez, me atrevo a decirtelo: Te quiero mucho, P., has sido uno de los mejores hallazgos de mi vida y espero que estés ahí por mucho tiempo, porque estoy segura que siempre te voy a necesitar al otro lado.
Muchos besos.

No hay comentarios:

free web counter