domingo, 31 de octubre de 2004

Ausencias sin esperanza. Sin la posibilidad de retomar una charla, unas risas, un abrazo, un compromiso. Esas ausencias que te dejan con la angustia de no haberle dicho lo que querías decir. Sin la posibilidad de despedirte. Sin haberle podido demostrar que las esperanzas e ilusiones que pusieron en ti se cumplieron. Y se cumplieron porque ellos, los ausentes, han sido el motor para conseguirlo, para hacer que tu compromiso se mantuviera firme. Sin esperanza. Se van quedando en el camino y te van dejando un poco más sóla, aunque venga gente nueva que te dé alegrías e ilusiones y vida. Compensaciones de amor que no valen, porque un amor nuevo no suple al que se fue, aunque te ayuda a vivir. Vivir, seguir viviendo, porque no hay otro remedio. Y vivir con alegría. Por talante. Por fuerza. Como homenaje a mis ausencias.

No hay comentarios:

free web counter