viernes, 19 de noviembre de 2004

Viene el lunes. Estoy un poco nerviosa. Siempre que sé que voy a verle me pongo un poco nerviosa. Él fue mi profesor, el que inció en mi el gusto por lo que hago. Me recomendó a mi jefe, dando de mi las mejores referencias. Por eso nunca he entendido qué pasó después, por qué un día, de repente, me negó el pan y la sal, dejó de hablarme y se limitó a saludarme por compromiso. Hace ya muchos años de aquello; es verdad que ya no duele, pero dejó un poso de amargura que se me viene a la boca cada vez que sé que voy a verle. "Acuérdate, mantente en un segundo plano, que sea él el que se acerque a tí, no inicies ninguna conversación en su presencia, limítate a tomar lo que él te de, no te fies, cuidado". El lunes otra vez tendré que jugar a no ser lo que soy. Porque aunque ya no duele como dolió, no sé cómo me sentaría un nuevo revés de su desprecio. "Él se lo pierde", me ha dicho hoy Greta, cuando se lo he contado. Sí, pero yo le tengo aprecio, a pesar de todo, y agradecimiento porque hoy soy feliz con lo que hago gracias a él. Lástima que no me deja demostrárselo.

No hay comentarios:

free web counter