miércoles, 8 de diciembre de 2004

Mi vecino ha muerto. Tenía 85 años, un cáncer terminal y muchos achaques. Es normal, ley de vida, como se dice. Yo no tenía mucho contacto con él. Mi vida, ajetreada y loca, con sus idas y venidas, me lo impedía. A veces, sólo sabía de su presencia por el ruido que se colaba por los muros colindantes. Es normal. Para colmo, ha muerto en el hospital, no en su casa. Además, sólo era mi vecino. Lo malo es que era mi único vecino y me enterado de su muerte cuando casi había trancurrido un mes desde que ocurrió. Perra vida.

No hay comentarios:

free web counter