martes, 14 de diciembre de 2004
No es falsa modestia, ni nada que se le parezca. De verdad. Pero lo cierto es que cada vez que alguien me ha propuesto para hacer algo teniendo en cuenta mi valía y preparación, he sido la primera sorprendida. Si me hubiesen preguntado, no habría dado ni un duro por mi misma. Por eso, cada vez que me lo dicen, me lo recuerdan o me tienen en consideración, no puedo evitar un respingo.
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