viernes, 18 de marzo de 2005
Ya está la maleta hecha. Queda cerrar ventanas, regar plantas, correr cortinas, tapar los muebles. El camino a casa se abre, como en un cuento de hadas, mostrándose entre la fronda impenetrable del bosque profundo. Sólo yo lo veo, pero avanzo por el sendero mágico tirando de la maleta cargada. Al final, un hada buena, dulce, me espera y a cada paso la maleza se separa, me deja pasar y se vuelve a unir, más tupida aún, para impedir que los malos hados, los ogros, los soldados malévolos me alcancen. Diez días, sólo diez días de cuento. Hasta la vista.
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