viernes, 23 de septiembre de 2005

Durante la Dictadura, la culpa era de los judeo-masones (combinación extraña) o de los vagos y maleantes, esa especie de macabro cócktel donde entraban los maricas, los rojos, los gitanos y demás ralea. Los socialistas, en cabeza de Felipe, tuvieron la culpa de la sequía durante años. Ahora son los terroristas los que tienen la culpa de los huracanes que asolan EE.UU y nos muestran esas imágenes tercermundistas -no muy distintas de las que veíamos hace un año de Haití, el país más pobre del hemisferio norte- de la primera potencia del mundo. ¿Terrorismo natural?. Igual resulta que la naturaleza, como el otro, se ha cansado de las emisiones descontroladas, de las burlas al protocolo de Kioto del presidente idiota, del egoísmo desaforado de los norteamericanos por petróleo a cambio de democracia impostada y ha decidido enviarles lo que mejor sabe hacer, un bufido de cabreo sin precedentes. Lo malo es que pilla a otros que no tienen culpa. pero qué más da, la culpa siempre tiene que ser de alguién.



La Iglesia va a prohibir a los homosexuales ser curas. No sé si la medida tendrá efectos retroactivos. Eso provocaría una cierta descapitalización humana de la empresa, que no creo se pueda permitir, así que imagino que la medida será de aquí p'alante. Mis dudas: cómo lo sabrán. ¿Habrá un análisis de las cabezas de los aspirantes o de su ADN para encontrar el gen pecador?. Y otra, la más importante, si hacen voto de castidad, como les exige el ideario del centro, tampoco pueden entrar?. ¿Repuga más a los gerifaltes del invento la mirada lasciva de algunos de sus capitanes sobre los niños y los jóvenes fieles, que la que tengan otros sobre las niñas, adolescentes o señoras maduras cuando lleguen a sus altares con cara de estar en trance por amor a dios, con esa expresión cuasi-orgásmica?

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