domingo, 4 de diciembre de 2005

Cita a ciegas. Nunca antes, nunca después. Lo peor es mi inseguridad durante días. ¿Cómo ha podido hacerme sentir tan patito feo, tan poca cosa?. Todavía se ha permitido el lujo de elegir, de poner en duda la valía, siendo como es. Definitivamente, la gente tiene un alto concepto de sí misma. O yo tento demasiados complejos. Su mirada de sorpresa y admiración ha sido un paupérrimo premio, pero un premio al fin y al cabo. No he dejado que pague nada, no permitiré ningún reproche en ese sentido. ¡Qué difícil intentar unir su voz, sus palabras, sus mensajes con esa persona! Y lo he intentado, todo el rato, mientras cenábamos y me contaba tonterías, mientras tomábamos una copa y bailábamos. Afortunadamente, al bajar del baño, un joven moreno, guapo y alto me ha piropeado. "Olé, las mujeres guapas", me ha dicho. Y eso me ha dado fuerzas para decirle que me iba a casa, que ya no aguantaba más.
Cuando me he montado en el taxi -no he permitido que me traiga a casa y él ha aceptado la derrota- me he sentido horrorizada. Ha conseguido anularme, cuando tiene tan poco que ofrecer. No voy a permitirlo más. Valgo demasiado, tengo tanto que ofrecer, tanto para dar. Se acabaron los complejos. Nena, tú vales demasiado. El que no quiera verlo que se quede tuerto, cuando no ciego.

No hay comentarios:

free web counter