martes, 17 de enero de 2006

Ayer, 21 meses después de producirse lo hechos, enterraron a los terroristas suicidas autores de la masacre del 11-M. Nadie acudió al entierro, nadie reclamó sus cuerpos. La noticia lo explica así. Morir sólo debe ser terrible, aunque no es este el caso, murieron juntos y murieron por su dios, o, al menos, eso les hicieron creer. Teniendo en cuenta lo importante que es para los musulmanes el rito del enterramiento, que, según ellos, les permite entrar en su paraiso prometido, quiero pensar que el desinterés de sus vivos por el mismo sea una muestra del rechazo absoluto a lo que hicieron. Es más, voy a pensar que es eso lo que quieren demostrar con sus actos.

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