lunes, 2 de mayo de 2005

Busco en mis armarios y me encuentro con mis muñecas, las que poblaron mis juegos infantiles. Encuentro mi Nancy, la chica perfecta, rubia, con los ojos claros, su larga melena, sus vestidos, sus complementos. Entre los vestidos un traje de gitana, rojo, de lunares blancos. Como es mayo en mi ciudad mágica, su mes festivo y hermoso, se lo coloco, recordando cómo disfrutaba cuando era una niña. Estoy en estas y me sorprendo al ver la etiqueta del traje. Esa muñeca perfecta, de cintura estrecha, pechos turgentes, caderas recogidas, largas piernas delgadas...¡usaba una 46!. Aquí tengo la prueba de la evolución en el tallaje y cómo nos han hecho exclavas de la moda. Hoy una talla 46 es una talla enorme, hoy esa muñeca usaría una 36, cuando no una 34. Hoy me siento algo más feliz, porque llevo talla de Nancy, de la de toda la vida, de la de "verdad".

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