viernes, 15 de julio de 2005

Nos duele lo que ha pasado tan cerca porque nos recuerda lo que nos pasó. Hacemos homenajes, minutos de silencio, recordatorios. Nos preguntamos por qué, anonadados, sin entender. Pero yo me pregunto por qué no hacemos lo mismo cuando las noticias nos llegan de lejos. Hace unos días, veinticinco niños murieron en Irak cuando recogían caramelos que les daban los soldados americanos (trágica metáfora real). Y no pasa nada, no nos alteramos, no hacemos homenajes, no nos paramos, no nos quejamos, no nos cuestionamos el por qué. ¿Donde está nuestra sensibilidad? ¿en nuestro ombligo?. Pues qué pena.

No hay comentarios:

free web counter