La química, de nuevo, la química... La buena y la mala, la que descoloca las meninges y la que se convierte en bálsamo relajante. Y las contradicciones. Como que pudiendo elegir el linimento reparador, eliges la cicuta, el gas nervioso. Sólo esperas que, convaleciente, derrotada, enferma hasta la médula, la pócima mágica, sanadora y curativa siga allí y te ayude a superar el trance.
Feliz entrada en el 2006 a todos.
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