domingo, 25 de diciembre de 2005

A los diez minutos no quedaba ni rastro de su paso por mi piel. Ni antes ni después pude desviar mi pensamiento de otro lugar, lejano, donde quería estar. Sólo mi mente se apartó de ese pensamiento en un instante, en ese instante fugaz en el que me concentro en sentir largo y profundo, vaciando mi cabeza de cualquier otra cosa. No me siento mal ni bien por ello. Y no sé si debería sentir otra cosa. Anoche formaba parte de nuestro contrato de amistad y así se lo dije. "No pienses mucho en esto, vale. No vayas comerte el coco. Nos gusta y ya está". Hoy no sé si debería mandarle un beso de buenos días o dejarlo pasar como si no hubiese pasado. Porque si a los diez minutos no quedaba ni rastro de su paso por mi piel, a las diez horas es sólo un grato recuerdo en la memoria.

No hay comentarios:

free web counter