jueves, 13 de julio de 2006

Ahora lo entiendo todo. Esa luz que se cuela por la ventana, esa luz rara. Como de "ni pa tí ni pa mi", como de entre el día y la noche. Esa atmósfera cargada, ese aire espeso y húmedo y tan cálido. Ahora lo entiendo. Ha empezado a llover. Mánsamente. Sin estridencias. Y el olor a tierra mojada ( ¿o es a ozono?) se va colando por las rendijas de las ventanas del viejo edificio. Y las gotas se rompen, jocosas, en los cristales de los ventanales. Y si miras a través de ellos casi puedes apreciar el vaho subiendo desde el suelo, acuciado por el frescor del agua que cae. Ahora lo entiendo. Esa atmósfera extraña que rodeaba el edificio y que hacía que me pareciese algo mágico, como irreal. Es agua, es lluvia, pequeña, corta, exigua.
Si no fuese mi lugar de trabajo, bajaría al jardir, me dejaría mojar, dejaría que mojase mi pelo, mi cara, mi piel, que me borrase los malos pensamientos, esos que me hacen daño, que me impiden seguir, que me niegan la felicidad que, creo, merezco y anhelo.
Ya llega el trueno. Y antes el relámpago. Y yo disfruto mirando por la ventana, viendo a los perros correr, aspirando el olor a tierra mojada (¿o es a ozono?).
Ahora todo está claro, todo en su lugar, todo....

No hay comentarios:

free web counter